Si preguntamos en la sala de espera de cualquier clínica oftalmológica, siempre nos encontraremos con un paciente que acude porque ve lo que llamamos “moscas volantes”. Hay quien las refiere como hilos, telarañas, nubes, manchitas, puntitos…todo ello dependiendo de la forma que tengan estas opacidades dentro del ojo.
Por causas no muy bien establecidas, el gel que rellena el ojo, llamado vítreo, y que es como una gelatina trasparente, se colapsa de forma espontánea y forma opacidades en su seno que flotan literalmente dentro de ese gel y que se mueven junto con el movimiento del ojo, apareciendo y desapareciendo en el campo de visión. A este fenómeno se le llama desprendimiento de vítreo.
A las moscas volantes, los oftalmólogos las llamamos miodesopsias. En muchas ocasiones, coinciden o aparecen después de las fotopsias, que son esos destellos, fogonazos, estrellitas o relámpagos resultado del estímulo que el vítreo adherido a la retina puede ejercer sobre ésta y que en un momento dado, puede desencadenar la rotura de la misma. Esto ocurre aproximadamente en un 15% de los casos de visión de moscas volantes.
¿Cómo podemos saber si se ha producido una rotura retiniana en un paciente con visión de moscas volantes? La única forma es mediante un minucioso estudio de fondo de ojo bajo dilatación pupilar realizado por un oftalmólogo.
¿Qué podemos encontrar tras este estudio?:
- Un desprendimiento de vítreo sin complicaciones retinianas. No existe tratamiento efectivo para eliminar estas opacidades, explicamos al paciente que terminará por acostumbrarse a “sus moscas” y la indicación que le hacemos es volver a consulta en caso de empeoramiento de sus síntomas actuales.
- Un desprendimiento de vítreo con desgarro retiniano, lo cual nos obliga a realizar un tratamiento urgente con láser alrededor de dicha lesión para evitar que progrese y desencadene un desprendimiento de retina. La fotocoagulación con láser se realiza en consulta, con anestesia tópica y no es un tratamiento destinado a eliminar las miodesopsias.
- Un desprendimiento de vítreo como origen de un desprendimiento de retina. Cuando un desgarro retiniano no es descubierto a tiempo, se convierte en la causa de un desprendimiento de retina, que una vez establecido, precisa tratamiento quirúrgico para evitar una pérdida visual mantenida en el tiempo.
En conclusión, un síntoma que aparentemente es banal, como lo es la visión ocasional de puntitos negros, puede ser el primer indicio de un daño retiniano grave que diagnosticado a tiempo, es susceptible de tratamiento preventivo frente a desenlaces menos deseables como lo es el desprendimiento de retina.