El ser humano actúa conforme a hábitos que tiene perfectamente integrados en su día a día casi sin cuestionarlos, pero muchas de estas rutinas son perjudiciales para la salud visual.
Los hábitos son comportamientos aprendidos mediante la repetición, que se realizan de forma habitual y automática sin apenas cuestionarlos, además de ser elementos básicos del aprendizaje humano. Ya lo decía Aristóteles (filósofo y científico griego,384-322 a.c): “Somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia, por tanto, no es un acto, sino un hábito”. Y es que, en cuestión de salud visual, es frecuente llevar a cabo prácticas cotidianas que pueden comprometer el buen estado de los ojos, sin ser conscientes de ello.
Es recomendable prestar la atención necesaria para identificar esos hábitos poco saludables, y poder así reemplazarlos por otros que permitan tener una correcta salud visual.
¿Qué rutinas son perjudiciales para la vista?
- No utilizar gafas de sol durante todo el año. Los rayos UV en otoño e invierno también pueden dañar la vista. El sol está más bajo y los rayos solares pueden incidir de una forma más intensa.
- No cuidar nuestros hábitos alimenticios. Consumir alimentos que aumenten nuestro colesterol o que tengan un alto contenido en azúcares, puede comprometer seriamente el estado de nuestra salud ocular.
- Frotarse los ojos. Al frotar en exceso los ojos, se ejerce una presión sobre la córnea que facilita que se deforme progresivamente. Además, este gesto puede producir daño en el nervio óptico e infecciones.
- Excederse en el uso de pantallas. El elevado número de horas delante de pantallas, en distancias cortas y sin las condiciones adecuadas, puede originar dolor de cabeza, fatiga visual y visión borrosa.
- Excederse en las horas de uso de lentillas. Esto puede provocar infecciones o lesiones en los ojos.
- Fumar. El efecto nocivo del humo del tabaco para los ojos es mayor de lo que puede parecer. El humo del tabaco contiene partículas nocivas que resecan e irritan los ojos.
- No revisar la vista con frecuencia. Es recomendable realizar una revisión oftalmológica completa una vez al año. Esto ayudará a detectar y corregir lo antes posible cualquier alteración visual que pueda presentarse. No es aconsejable, en materia de prevención, esperar a sentir que algo no va bien, lo ideal es actuar a tiempo en algo tan delicado e importante como es la vista.
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