La retinopatía diabética es una de las complicaciones a largo plazo de la diabetes. Se origina por el daño que sufren los vasos sanguíneos que nutren la retina, como consecuencia de altos niveles de glucosa en sangre mantenidos durante largo tiempo.
La retina es la estructura del ojo más importante para la visión, ya que es la que capta la imagen que vemos para, a través del nervio óptico, trasladarla al cerebro e interpretarla. Un deterioro por tanto en la retina, en este caso por la diabetes,producirá un deterioro en la visión.
Prevalencia
Factores de riesgo
¿Qué daños produce la diabetes en la retina?
Sintomatología
La prevalencia de retinopatía diabética es mayor en la diabetes tipo 1 (40%) que en la diabetes tipo 2 (20%) y es la causa mas frecuente de déficit visual y de ceguera en los países industrializados en personas entre los 20 y 65 años de edad. El riesgo de sufrir alteraciones en la visión en pacientes diabéticos es 25 veces mayor que en los no diabéticos.
Los principales factores de riesgo son:
La duración de la diabetes: numerosos estudios epidemiológicos confirman que a más tiempo de evolución de una diabetes existe una mayor probabilidad de desarrollar una retinopatía diabética.
Mal control metabólico: un adecuado control metabólico de la glucemia, puede prevenir o retrasar la progresión de la retinopatía diabética. Los valores elevados y mantenidos de hemoglobina glicosilada se asocian con un mayor riesgo de problemas en la retina.
Edad al diagnóstico: en pacientes diagnosticados de diabetes antes de los 30 años de edad, la incidencia de retinopatía diabética después de 10 años es del 50% y después de 30 años del 90%. Por el contrario en los casos diagnosticados después de los 30 años de edad, el desarrollo de una retinopatía diabética después de 20 años oscila entre el 25% en diabéticos tipo 1 y en el 10% en diabéticos tipo 2.
El embarazo, aunque no es un factor que esté claramente involucrado en el desarrollo de esta enfermedad, se considera que aumenta el riesgo y produce una progresión acelerada de la retinopatía diabética ya existente.
Otros factores: la enfermedad renal (microalbuminuria), la hipertensión arterial, la obesidad (especialmente obesidad visceral) así como hiperlipidemias y anemia son otros factores de riesgo a tener en cuenta en esta patología ocular. Se considera igualmente que el tabaquismo y el consumo de alcohol podrían tener alguna relación con la progresión de una retinopatía diabética.
La diabetes produce dos tipos de lesiones vasculares en la retina:
Aumento de la permeabilidad de los pequeños vasos sanguíneos, lo que determina una salida de líquido de los mismos, originando un edema retiniano, que cuando afecta al centro de la retina (mácula), se denomina edema macular y produce una alteración de la visión central en el paciente.
Hemorragias que pueden quedarse limitadas a la retina o extenderse al contenido gelatinoso del ojo (humor vítreo).
En las primeras fases de la retinopatía diabética, la falta de síntomas visuales puede hacer que pase desapercibida. Entre los síntomas que pueden hacer sospechar una retinopatía diabética están:
Disminución de la visión nocturna.
Pobre recuperación de la visión posterior a una exposición a la luz brillante.
Alteraciones en la visión de colores (principalmente azul y amarillo).
Fluctuación de la visión.
Visualización de pequeñas manchas que flotan y se mueven.
En etapas ya avanzadas se puede notar una importante pérdida de visión en el centro de la imagen o incluso una pérdida total cuando se produce una hemorragia masiva en el humor vítreo.
Es importante destacar que para que aparezcan síntomas, la enfermedad debe estar en fases ya avanzadas y en esta situación el tratamiento no es tan efectivo. Es por eso mejor controlar la retinopatía antes de que aparezcan los síntomas.
Clasificación de la retinopatía diabética
Tratamiento
Conclusiones
La retinopatía diabética tiene diferentes fases:
1. Sin retinopatía aparente: no se observan lesiones en el fondo de ojo, por lo que su apariencia es normal:
2. Retinopatía diabética no proliferativa leve: se observan microaneurismas, pequeños puntos rojos redondeados:
3. Retinopatía diabética no proliferativa moderada: se observan pequeñas hemorragias retinianas, así como exudados o manchas blancas:
4. Retinopatía diabética no proliferativa severa: Además, aparecen por toda la retina hemorragias intraretinianas y lesiones vasculares oclusivas, lo que estimula la formación de nuevos vasos retinianos frágiles y su extensión por toda la retina:}
5. Retinopatía diabética proliferativa: los nuevos vasos retinianos se rompen, originando hemorragias en el humor vítreo, y estimulan la formación de bridas cicatriciales en el mismo, con tracción de la retina y la aparición de desprendimientos de retina:
Actualmente se utiliza cada día más la realización de una tomografía de coherencia óptica (OCT), técnica que capta una imagen muy exacta de las diferentes capas de la retina, por lo que es muy útil en los casos de edemas maculares:
En las primeras fases de la enfermedad, el único tratamiento es el control de la propia diabetes.
En los casos en que ya se han detectado alteraciones vasculares importantes, el tratamiento actual consiste en la utilización de la fotocoagulación con láser que ayuda, en el mejor de los casos, a estabilizar la enfermedad en la retina, pero no sirve para la curación de la misma; el objeto del láser es reducir los vasos sanguíneos anormales y frágiles, evitando de este modo nuevas hemorragias: Este tratamiento se hace en la propia consulta del oftalmólogo.
En los casos de edemas maculares, que no pueden tratarse con láser, se utiliza una medicación muy específica (antivegf) que se administra en el interior del ojo mediante inyecciones.
Cuando existe una alteración en el humor vítreo, ya sea por hemorragias repetidas o por la formación de bridas que pueden traccionar de la retina, el tratamiento es quirúrgico y la técnica se denomina vitrectomía. La vitrectomía consiste en la eliminación del humor vítreo opacificado por la sangre y su sustitución por una solución salina.
A pesar de los múltiples avances en los medios diagnósticos y terapéuticos disponibles hoy día para la diabetes, la incidencia de esta enfermedad es cada vez mayor, entre otras causas por el aumento de la expectativa de vida de la población, lo que esta provocando un mayor número de pacientes diabéticos con complicaciones a largo plazo, dentro de las cuales, la retinopatía diabética es una de las más frecuentes.
Como se ha remarcado anteriormente, su importancia social viene motivada por ser la primera causa de déficit visual en los países occidentales entre los 20 y los 65 años de edad. Dado que la causa exacta de la alteración microvascular no está del todo aclarada, y que existen factores de riesgo cuyo papel esta aún por definir, se necesitan más estudios que nos ayuden a comprender mejor la forma en la que se produce para poder llegar así al mejor tratamiento posible: LA PREVENCIÓN.
En cualquier caso y hasta que esto no se consiga, nuestra misión como médicos oftalmólogos no es sólo la de tratar las lesiones ya establecidas, sino también la de la DETECCIÓN PRECOZ. Para ello es fundamental la realización al menos de una revisión anual de su fondo de ojo.