
La sensación de arenilla dentro del ojo, dolor, escozor, sensibilidad a la luz, intolerancia al uso de lentillas… son algunos de los síntomas que ocasiona el ojo seco, pero ¿qué es la enfermedad del ojo seco? ¿Cómo se diagnostica? ¿Tiene cura?
En la actualidad, el 30% de la población padece la enfermedad de ojo seco, y se prevé que para dentro de 5 años aumente hasta llegar al 50% de la población, siendo el porcentaje aun más alto en edades avanzadas, sobre todo en las mujeres.
El uso cada vez más extendido de pantallas u otros aparatos electrónicos de lectura, móviles, es causa también de que su frecuencia sea cada vez mayor, incluso en personas jóvenes.
Enfermedad del ojo seco:
El ojo seco es una enfermedad ocular producida directamente por la falta de lágrima en el ojo, lo que motiva la aparición de diferentes síntomas oculares además de provocar inflamación en la superficie anterior del ojo. Su importancia radica en el hecho de que supone uno de los motivos más frecuentes de consulta en Oftalmología.
Pero, para poder conocer bien esta esta enfermedad ocular, debemos de saber la importancia que tiene la lágrima en la salud de los ojos.
¿Qué es la lágrima?
La lagrima es una fina película liquida que cubre toda la superficie anterior al ojo que se distribuye por la superficie del ojo mediante la apertura y cierre de los párpados.
Su función principal es humedecer el ojo, y es por eso que la enfermedad del ojo seco, está vinculada directamente por la presencia y calidad de las lágrimas.
Tipos de ojo seco
Existen varios tipos de ojo seco: ojo seco acuodeficiente, ojo seco evaporativo y ojo seco tipo mixto.
Para poder diagnosticar la enfermedad del ojo seco y el tipo de ojo seco, además de conocer los síntomas que presenta el paciente, se realiza un cuestionario conocido como TEST de OSDI, mediante el cual y a través de una serie de preguntas y respuestas, podemos clasificar la sequedad del ojo en: normal, leve, moderado y grave.
Otra de las pruebas importantes que es necesario realizar se conoce con el nombre de TEST de Schirmer. Este test mide la producción de la lágrima y consiste en colocar una tira de papel secante milimetrado durante 5 minutos en la cara interna del parpado. Una vez transcurrido este tiempo, el oftalmólogo procederá a retirar el papel y comprobará cuantos milímetros de la tira están humedecidos.
Una vez realizadas dichas pruebas, el oftalmólogo podrá confirmar el diagnostico de enfermedad del ojo seco y distinguir qué tipo de ojo seco padecemos.
En el caso del ojo seco acuodeficiente lo que se produce es un fallo en la producción de la lagrima por parte de la glandula lagrimal. En muchas ocasiones está asociada a la enfermedad conocida como Síndrome de Sjogren en la que se produce también sequedad en la boca.
El otro tipo es el ojo seco evaporativo provocado por una alteración en la calidad de las lagrimas lo que facilita su mayor evaporación. La mala función de las glándulas palpebrales de meibomio, responsables de producir una secreción oleosa es la causa mayor de este tipo de ojo seco. También lo provoca el ambiente seco, así como la disminución de la frecuencia del parpadeo que se produce cuando fijamos la vista de manera continua.
Y por último tenemos el Tipo mixto: en el coinciden ambos tipos de ojo seco.
¿Qué provoca el ojo seco?
Pues bien, diversos son los factores y causas que pueden producir el ojo seco en la población. Entre esos factores se encuentra:
- Edad y Sexo: es más frecuente padecer ojo seco a mayor edad, y más en las mujeres sobre todo a partir de la menopausia.
- Alteración hormonal: puede provocar una mala función de las glándulas lagrimales.
- Los cambios bruscos de temperatura, así como ambientes secos, calefacción, polución, luz solar intensa, humo del tabaco también son alguna de las causas principales de padecer esta enfermedad.
- La alimentación y la hidratación corporal: la falta de vitaminas, o de hidratación también puede provocar el ojo seco.
- Uso abusivo de las lentes de contacto.
- Actividades visuales en los que el paciente tiende a mantener la mirada y por tanto disminuir la frecuencia del parpadeo como puede ser el ordenador, el móvil, la lectura, conducir…..
- Enfermedades de los párpados que estén vinculadas con la alteración de las glándulas palpebrales: Meibomio, Blefaritis. Rosacea ocular.
- Algunas medicaciones como los antihipertensivos, antidepresivos, antihistamínicos, antiparkinsonianos, anticonceptivos o el uso mantenido de algunos colirios.
- Tratamientos de quimio o radioterapia.
- Enfermedades sistémicas autoinmunes como pueden ser síndrome de Sjogren, fibromialgia, artritis reumatoide o el lupus eritomatoso.
- Y por último, aunque en menor medida, las personas que hayan pasado una cirugía ocular como puede ser Lasik o cataratas también pueden afectar a la sensibilidad ocular.
Tratamiento de ojo seco
Hoy en día, esta enfermedad no tiene un tratamiento curativo como tal, es decir, no hay ningún tratamiento que haga desaparecer la enfermedad.
Las medidas que se utilizan para tratar el ojo seco son paulativas y están encaminadas a aliviar y mejorar los síntomas que provoca. Entre estas medidas podemos encontrar el uso de colirios, medicación tópica antiflamatoria, medidas para mejorar la disfunción de las glándulas de Meibomio, y en algunos casos muy concretos, el oftalmólogo autorizará el uso de tapones lagrimales.
Queremos destacar lo importante que es que el oftalmólogo explique con total claridad en qué consiste la enfermedad del ojo seco y que tratamiento es el adecuado para cada paciente. Además de seguir las recomendaciones y consejos oculares que este nos proporcione.
Medidas de Prevención: Consejos y hábitos de la salud visual.
Variaran según la causa que lo provoque, pero a cualquier persona que presente síntomas de ojo seco se le deben recomendar una serie de medidas, que podemos considerar como consejos y hábitos de salud visual.
- Evitar los ambientes secos tanto si se vive en dichos ambientes como si está producido por calefacción, aire acondicionado, calor ambiental; el uso de humidificadores en estos casos es aconsejable.
- Correcta salud ocular realizando descansos periódicos en situaciones de actividad visual mantenida por el uso de ordenadores, móviles, estudio o lectura, conducción prolongada.
- Hábitos saludables de vida: Hidratarse adecuadamente, dormir las horas necesarias, dieta adecuada rica en vitaminas A, E y C, omega-3, antioxidantes.
- Reducción y/o eliminación a la exposición de factores ambientales externos que favorecen la irritación ocular: humo de tabaco, polución, polvo, luz solar intensa, utilizando gafas con filtro solar en las situaciones que así lo requiera.
- En las personas usuarias de lentes de contacto se les debe inculcar el uso idóneo de las mismas, valorando el tipo más idóneo así como su correcto mantenimiento.
- Control de enfermedades oculares que puedan potenciar o desencadenar ojo seco (conjuntivitis alérgica, rosácea ocular)
- En los casos de cierre incompleto de los parpados al dormir, el uso de pomadas lubricantes es beneficioso junto con el aumento de la humedad en el dormitorio.
- Medidas higiénicas palpebrales consistentes en la aplicación de calor, aplicado mediante el uso de mascaras térmicas o de forma casera, durante varios minutos, seguida de la expresión de las glándulas palpebrales mediante el masaje palpebral dirigido desde fuera hacia el borde palpebral y en tercer y último lugar mediante la limpieza con solución jabonosa pH neutro o toallitas diseñadas expresamente para ello.
En el Instituto Oftalmológico de Granada (IOG) disponemos del equipo médico y la experiencia acumulada por el ejercicio profesional de muchos años, junto con los medios necesarios para el tratamiento de esta enfermedad, cuya importancia radica no solo en el hecho de su elevada prevalencia sino y sobre todo, en la alteración en la calidad de vida de la persona que la padece.
IOG – Grupo Vista Oftalmólogos